miércoles, 24 de febrero de 2016

Solo hazlo, cómo si quisieras

Día 41 en la costa

Por Eduardo Ortíz
Al parecer las cosas no están saliendo como esperaba, y ya sé que no es ninguna novedad, no faltan los inconvenientes como malas reparaciones, un pésimo clima, no hay viento y la única buena noticia es que al menos la tripulación está sana, desesperada pero sana.

Y esa es solo parte de arrancar en el viaje, que sepas que estás en el viaje y que las cosas no van a ir como esperabas y aún así estás en el viaje.

A mis años puedo decir que de pocas cosas que he hecho me arrepiento, pero más de las que pude hacer y no hice. Así que simplemente seguiré haciendo lo que se supone que quiero hacer, tarde o temprano el clima cambiará pero no el rumbo.

Cuando sepas que tienes que hacer pero no quieres,  entonces hazlo como si quisieras.

lunes, 8 de febrero de 2016

¿Cuál es la verdadera tarea?

Día 39 en el muelle

Foto por Vincent Brassinne
Ya no sé si realmente zarpé y sólo sigo viendo el muelle, o si no me he ido lo suficientemente lejos. La marea, el viento, la resistencia o la nostalgia me tiene viendo el muelle en lugar de ver el horizonte que me propone el mar.

El asunto, es que es fácil perderse en pequeñas tareas y distraerse de la verdadera tarea, lo que realmente importa, me distraigo viendo si estoy lejos del muelle, en lugar de mirar que realmente estoy en el mar.

Cuando la verdadera tarea es vivir, vivir con todo lo que implica, tal y como es, con cosas que me gustan y otras no tanto, con lo que puedo hacer y con lo que no puedo hacer.

Navegar en el mar tal y como venga, esa es la tarea y no ver si estoy lejos o cerca del muelle.

viernes, 5 de febrero de 2016

El traidor

Día 36 en el puerto
Por Erwin Morales
No dejo de sentirme a veces como un traidor, como el que renuncia a su origen para ir hacia un nuevo destino.

Es como rechazar que el agua que has bebido es la mejor, o creer que la tierra que pisas no tiene comparación o que las personas que han estado contigo son las más alegres, buenas e inteligentes como no puede haber otras.

Y luego viajas, pruebas y miras, luego anhelas y entonces te has vuelto en un traidor, al decirle a los de tu origen que hay otras cosas en otros lados que te hacen tan o más feliz que estas.

A mi parecer todo traidor es un incomprendido, por si no, todo incomprendido es un traidor. El traidor va en contra del grupo, va en contra del alma común. Lo negativo o positivo de eso depende de quién cuente la historia.

La palabra traidor viene de "traer", el que trae o lleva algo y así es como se llega, que todo explorador, todo aquel que sale de su zona de confort, que juró que no había otra igual o mejor o que le apeteciera, ahora se desdice y trae algo nuevo.

De alguna manera soy un traidor, porque ahora busco algo más, busco algo nuevo, busco algo que traer y hay que traicionar mis creencias anteriores, porque ahora creo que hay algo mejor.

martes, 2 de febrero de 2016

La semilla de mostaza y la montaña

Por Juliane Bjerregaard
Día 33 enfrente de la montaña.

Y ahora parece que se interpone la montaña, pero no sé bien si es la montaña en si misma o que la fe mengua.

El entusiasmo viene y va como la marea, hay momentos que sube y otros que baja. Y es justamente cuando debes partir con la marea alta.

Pero la fe es otro asunto, es ese poder de creer, creer sin importar lo que pase, que todo va a estar bien, que la montaña por imposible que parezca, la vas a mover.

La fe, mueve montañas (siempre y cuando tengas al menos una semilla de mostaza de fe).

Hoy la montaña parece un obstáculo para llegar al puerto, se que tengo mi semilla de mostaza pero no la encuentro y siento que las fuerzas me abandonan, me siento como Dumbo sin su pluma mágica. Y aún así es momento de encontrar a esa escurridiza semilla para deplegar todo su poder.

Hoy guardo mi semilla de mostaza y me sigo aferrando a encontrar señales positivas ya que las adversas son fáciles de ver y me gusta más el horizonte a dónde quiero llegar y probablemente la fe sea el único vehículo para realizar esta travesía.