viernes, 12 de agosto de 2016

Lo que enseñan las tormentas

En días soleados no se sabe, si realmente sabes navegar


Aunque este blog lo cree en hacer metáforas de viajar en lo desconocido del mar, sobre esta nueva etapa de mi vida, la metáfora golpea mi realidad y en un reciente viaje en carretera vinieron todo un grupo de lecciones que tomé y que iré compartiendo.

La tormenta es todo lo que no nos agrada en un viaje, es ese gran obstáculo que viene hacia uno y que puedes ignorarlo, pero va a llegar y lo sabes.

En mi trayecto me topé en un par de ocasiones con un abundante lluvia. Era tal la cantidad y fuerza de la lluvia que tuvimos visibilidad casi nula del camino, además del viento, otros conductores y hasta accidentes.

Lo interesante de este evento fueron las grandes lecciones que obtuvimos en apenas una hora de cruzar el fenómeno:

La tormenta puede sorprenderte, pero siempre anuncia su llegada. 

Es decir aunque fue sorpresa porque no estaba en el pronóstico del tiempo, fue evidente para nosotros que se acercaba y que nosotros nos dirigíamos a ella. No hubo sorpresa al llegar, realmente siempre la vimos aunque no la queríamos.

La tormenta es inevitable

Vimos las señales y nos preocupamos, porque estábamos en un territorio desconocido y tampoco sabíamos dónde refugiarnos. Debíamos tomar una decisión si quedarnos o seguir a través de la tormenta, pero era inevitable.

Si decidiste moverte, sigue moviéndote

Para este momento la tormenta nos alcanzó, no teníamos hacia dónde refugiarnos y aunque era tentador quedarnos bajo puentes, también era peligroso por que otros autos o camiones no nos verían tampoco, así que seguimos.

El miedo te mantiene vivo

Aunque es algo que tratamos de evitar, en situaciones extremas surge la verdadera utilidad del miedo y es la de mantenerte vivo, la de actuar prudentemente. Porque aunque queríamos salir rápido de la tormenta, no lo íbamos hacer acelerando a tope, sino siendo más cuidadosos.

Tienes las herramientas y las habilidades: úsalas

Teníamos un buen auto, habilidades necesarias para cruzar el tramo, contábamos con mapa y el navegante con GPS, teníamos miedo pero teníamos muchas cosas a favor, todo estaba listo sólo faltaba usarlo y cruzar. Y así fue.

La Fe ayuda, pero saber a dónde vas y en dónde estás hace la diferencia.

Cero visibilidad, da un miedo terrible tanto que te dan ganas de frenar y no seguir, pero sabes que eso te arriesga a un accidente. Sin posibilidad de ver el camino, dependes del mapa, de tu navegante y de tu instinto. Sólo con Fe no se cruza en esos momentos, pero sin fe tampoco.

Eres El Capitán y eres también eres tu tripulación

Y El Capitán necesita que la tripulación confíe y la tripulación necesita confiar en El Capitán. Guarda tu miedo y tu audacia, guárdalos cerca y úsalos con tu sabiduría.

Una tormenta la atraviesas o te atraviesa

Después de ella tú no eres el mismo.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Día uno

Día uno

Y el día uno comenzó. Día uno ¿de qué?¿para qué? Bueno como todos los "días uno", para marcar un comienzo. Y como no hay comienzo sin final, pues entonces te platico por el final.

Hace unos meses terminé un diplomado con la Dra. María Luisa Heres. Un viaje interesante denominado "La Fuerza de la Vida". Si me pides que te lo explique podría sonar muy sencillo o o muy confuso. Aún tengo problemas para explicarle a mis conocidos que rayos estaba estudiando los fines de semana.

Y es que finalmente trabajé en el tema de la Vida, en entender que no se entiende, que se vive, que no se controla, pero se decide, que se acepta tal y como es. Que quedarse en la vida no es una decisión, es la decisión.

Y en un tema que pudiera ser tan obvio para mi, resulta resulta insulso pensar que necesité un curso para saber o recordar las lecciones básicas de la vida. Pero así fue, me di cuenta que ya lo sabía pero no lo hacía y encontré nuevos retos en mis puntos ciegos.

Un viaje de varios meses con compañeros increíbles, que fungieron como maestros, cómplices y hasta hermanos, me dio una luz para comenzar mi viaje como una nueva mirada.

La mejor metáfora de la vida para mi, es el viaje. Porque el destino ya lo sabes, no ha cambiado desde que naciste. Tu destino es morir. Así que más vale que a tu viaje le saques provecho, porqué morir no tiene chiste todos lo haremos algún día.

He tenido muchos día uno, y cada día nuevo es un día uno ¿de cuántos? De los que se puedan.