martes, 31 de marzo de 2020

Desconfiad de los marinos, pero no del mar

Henos un tanto a la deriva, un tanto al pairo. Mirando formas en el horizonte que a veces se distinguen como otras naves. Pero todo desaparece y seguimos en la soledad de esta travesía.

Por momentos nos animamos pensando que pronto llegaremos a puerto, o que veremos alguna otra nave, que probablemente valga la pena ver por lo menos ver otras caras que no sean las mismas que nos tienen atornillados en la cubierta.

Del mar no desconfío, se bien que me puede matar, se muy bien que me puede alimentar, me puede hacer lo que guste y la única opción que tengo es la de cruzarlo para llegar simplemente a otro lado.

De los marinos es de los que no me fío, porque aunque se que me pueden traicionar, también me pueden ayudar, sus intenciones nunca las sabré hasta saber a dónde quieren llegar. Por eso no me confío de los marinos nunca se que esperar. Pero del mar, ya se que puedo esperar solo cruzarlo para al final descansar.