Foto por Jesús Belzunce Gómez |
Hoy me he reunido con el otro Capitán y estamos planeando la ruta que podría llevarnos al nuevo mundo. Cada quién tiene sus razones, pero son muy similares. Yo por mi parte me conformo llevar a mi tripulación a tierra próspera y prometedora.
No hay mucho que pensar, nuestras tripulaciones dependen de nosotros y es preciso usar todos los recursos que tenemos disponibles para lograr un destino que nos convenga a todos.
Hay mucha información por procesar y también mucho trabajo por hacer, preparar amarras, subir la carga, limpiar el barco y esperar buen clima y la autorización para salir.
Es momento de comprar provisiones y alimentar la esperanza con la visión de que la recompensa será mayor al sacrificio.
Puedo sentir a mi miedo luchando contra mi emoción. Mi nave se llamará REVA (la que se mueve).
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